domingo, 19 de abril de 2009

capitulo 4

Faith.
Waco, Texas.



Correr, no por necesidad, sino más bien trotar, ya no es otro de los sueños. Faith revisa sus zapatillas, el volumen del Ipod y se lanza a recorrer esas viejas calles llenas de recuerdos.

Una cuadra, la casa de los Jurgensen al doblar la esquina, ahí fue donde Bobby Johnson se rompió la pierna en sexto grado, ella sonríe un poco, Bobby solía ser un insoportable matón hasta descubrir que las niñas servían para algo más que tirarles piedras, entonces se convirtió en un insoportable mirón.

Dos cuadras, Mary solía vivir en esa vetusta casa junto al álamo, la dulce Mary era buena amiga, incluso después del colegio, incluso después de ella convertirse en estrella.
Hoy vivía en Boston con su esposo y una linda bebita.

¿Cómo seria vivir así?.

Tres cuadras, siente como va dejando atrás los problemas. Henry, los celos de Henry, “¡Dios!, ¿Por que sigue con Él?”. Buena publicidad le había dicho su agente, había sido por eso, ¿o no? Quizás eso no era verdad del todo, lo cierto es que él había sido encantador, al menos al principio, y si, lo habían pasado bien, muy bien. La pareja de moda decían los medios. ¿Pero que decía ella?, Ya no lo recordaba, aun le asustaba dejar de ser su novia, después de todo ¿Era ella algo mas? La novia de Henry, Henry McIntire, uno de los “hombres más deseados del planeta” decía PEOPLE. ¿Por qué entonces llevaba seis meses huyendo de Él, … y de su cama?.

“Ídolo juvenil” decía MTV, pues quizás ella no era ya tan juvenil como creía.

“El sueño de toda mujer” lo titulaba COSMO… sin embargo no era aquel que poblaba sus sueños por las noches, no era Henry, era Él, el joven de los ojos profundos que cada noche la miraba con esa expresión de ternura, el que le susurraba palabras de amor con ese acento tan serio y extraño. No, no era Henry, ese hombre no tenía nombre, ni siquiera podía afirmar que existiera en realidad. En el mejor de los casos… aun no lo había conocido.

Siete cuadras, la vieja secundaria seguía tal como la recordara, los mismos muros deslucidos, la misma estatua sin brillo con la inscripción deslavada y mutilada por años de graffiti. Las mismas ventanas rebosantes de caras aburridas y soñadoras. Era gracioso, en esos tiempos la suya era solo otra mas de ellas, soñando con salir de ahí, ahora lo único que hubiera deseado seria volver a la simple intranquilidad de la adolescencia. Henry solo era uno de sus problemas, uno de muchos.

Diez cuadras, sudor, cansancio, liberación. La monolítica silueta del mall se perfila más allá.


¿Que estaba haciendo?, ¿Que era su vida?, Había logrado sus ambiciones. Pero ¿Y sus sueños?, Quería ser actriz y lo había logrado, lo había logrado y por sí sola, por el buen camino a base de trabajo y esfuerzo. No se había aprovechado de nadie, no se había acostado con nadie por un trabajo, no había dejado de ser ella misma. Al menos eso esperaba.

Sin embargo ¿Era feliz?, ¿Sí?, ¿No?. No lo sabia, si era así ¿Por qué seguía pensando en Él? ¿O por qué amaba tanto estar en esa vieja casa, en vez del penthouse de dos millones de dólares en L.A.?. Tomar un café en el porche junto al perro viejo y casi ciego. Sentarse al lado de la chimenea con sus viejas muñecas a que mamá le cepillara su cabello.

Ni siquiera era “su” cabello, esa melena rubia no es de fabrica, el suyo es castaño oscuro casi negro, sus ojos son marrones no azules como todos creen.

Quizás no es la misma.

El mall pasa casi sin darse cuenta, lo conoce bien, no tanto como otras, nunca fue de ese tipo, era bonita, pero nunca porrista o algo así, al menos no rubia tonta.

“¿Lo era ahora?”.
“¿El precio por sus sueños de fama?”.

Una cosa es que te den un papel importante y otra es que te den un buen papel. ¿Seguiría enclaustrada en roles taquilleros haciendo de chica buena, o de platinada reina del baile?. Quizás seria un buen momento para cambiar de rumbo. Tal vez acepte la película en Sudamérica. ¿Qué les parecerá a sus fans el hacer de heroína de acción con un toque más étnico en una película de segunda?

Dos cuadras más y estará de vuelta en casa.

¿A tiempo para el almuerzo?.

¿Quizás a tiempo de cambiar?.

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