Miguel.
Lima, Perú.
Llegaron recién ayer, hubo ciertos problemas para pasar la frontera, con ese cacharro no parecían exactamente turistas ricos y eso siempre despierta suspicacias incluso en los policías más ineptos. Un par de llamadas de Claudio bastaron para despejar dudas, definitivamente si eran turistas ricos… bueno, al menos Claudio, especialmente después del bonito soborno que repartió generosamente.
Sin embargo a pesar del tiempo perdido, ya un plan empieza a fraguar en su mente amoldándose al itinerario de ella; Llegada al aeropuerto en primera clase de United en dos días mas, auto de lujo con chofer propio, alojamiento en la suite diplomática del hotel Regency, filmación en 16 locaciones distintas. Tantas oportunidades.
El de ellos es un poco diferente, llegada al barrio antiguo de Lima en auto polvoriento hoy en la mañana con las molestas marcas en la parte baja de la espalda, efecto de los resortes sueltos de los asientos como tema de conversación, alojamiento en la pensión “La paitoca”, barata pero honrada y al parecer con 30% menos insectos que las demás de la cuadra, varios días para vagar a su gusto… esas son mas oportunidades aún.
Después de todo la gracia es la aventura.
Pero tiene mucho que hacer, necesitará varias cosas para la locura que va tomando forma en su cabeza, la manía de Claudio por el teatro de algo servirá, especialmente después que desarrollara ese talento para el maquillaje que tantas bromas sobre su virilidad le ha costado, hasta ahora a servido para los disfraces de Halloween y la vez que tuvieron que robar ese examen de calculo de la facultad de Claudio en la única oportunidad que este vio peligrar su intachable record académico, pero, esta vez servirá para algo más importante.
Debe estar seguro de que es ella, que está enamorada del hombre misterioso de sus sueños, no se vaya a enamorar simplemente de Miguel.
“Cresta Miguel, que estupidez de pensamiento, no te creas tan buen mozo. No imaginaras que te va a ver y se enamorará de tu linda sonrisa o tu regio porte. Especialmente de tu regio porte, con tu metro setenta y seis de aristocrática mezcla española y mapuche”.
No, si es ella debe soñar con él, debe estarlo buscando. Y él deberá acercarse lo suficiente para averiguarlo. Pero sin que ella se de cuenta.
Difícil empresa, pero, algo tiene de actor, no para el Oscar o algo así, solo lo suficiente que se logra de tener una imaginación hiperactiva, ser hijo de un desfachatado dandy criollo tiene algo que dejar en su sangre.
Con tal que no levante sospechas.
Ya verá, esta vez su vida tiene un objetivo… medianamente claro. Ese es ya un avance.
Aunque sea tratar de enamorar a una estrella de cine, hermosa como un ángel y con mas dinero del que él seguramente verá en toda su vida.
Sin contar con los millones de tipos que quisieran hacer lo mismo.
Sin contar con Henry.
“¿Después de todo, que es él, el pobre Miguel García, comparado con Henry McIntire, el afortunado entre afortunados?”.
Apuesto, millonario, exitoso. El maldito parece pasar por la vida por sobre todos los demás disfrutando el sueño del pibe cada día y con las cámaras del E entertainment televisión siguiéndolo asegurándose de provocar envidia a diestra y siniestra.
Suficiente como para ser odiado por cada tipo normal de acá a Namibia como corresponde a todo esforzado varón masculino macho bien plantado.
¡Mire al desgraciado elegir un auto deportivo de lujo diferente cada día, mientras usted pelea con el motor de partida de su porquería coreana cada vez que hace frío y esta atrasado para ir a trabajar y soportar al animal de su jefe, retandolo mientras se hurguetea los dientes con un mondadientes roto!
¡Vea como toma el sol en su yate rodeado de conejitas playboy mientras usted tiene que dejar que el hijo de su hermana le cubra de arena hedionda y el único culo que alcanza a ver en toda la playa es el de su tía enfisematosa de ochenta años!
¡Observe como viaja por el mundo gastando miles de dólares en casinos y fiestas, mientras usted junta las monedas para una cerveza tibia en el salón de pool!
¡Así es! ¡El le demuestra fehacientemente y a diario que su vida es una mierda!
“Maldito. Y después las mujeres no entienden porque no tenemos ganas de ir a un recital o ver una película de tipos como ese”.
Él lo tiene todo… incluso a ella.
Pero, si ella es la que busca, Miguel tiene la ventaja. Por increíble que parezca.
Aún así, sabe que será muy difícil. Y tiene mucho que perder.
Incluso a ella.
lunes, 20 de abril de 2009
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