lunes, 18 de mayo de 2009

Capitulo 15.

Arnold.
Lima, Perú.



El vuelo no fue ninguna maravilla, aerolínea de bajo costo, muchas horas, asiento incomodo, y peor, el tipo gordo del 17b bastante sospechoso, tal vez un agente encubierto, lo deben estar siguiendo, no hay duda.

Las fuerzas del mal que tratan de converger en torno a él.
“¡Ah!, Pero, no podrán evitarlo, esta decidido, nada puede detenerlo”.
“El futuro esta en mis manos”.

Arnold se encamina hacia los barrios bajos que no difieren demasiado de tantos otros que ha visto antes, arriba o no de un hummer, algo ha averiguado, lo suficiente para hacerse con las cosas que necesita.
Un buen rifle, un par de pistolas, quizás algún explosivo por si acaso.
El ser un teórico de la conspiración por Internet tiene sus ventajas, hasta a los guerrilleros les gusta chatear.

Como a Manolo Heinlein, un traficante de armas con amplios negocios con los grupos paramilitares de derecha… y de izquierda, aunque eso no se lo confiese a Arnold.
Incluso un nazi tiene que comer. Especialmente en un país sin muchos arios.
También tiene ciertos contactos, le avisara de los movimientos de ella.
Servicio completo, además de las armas.
Un Harris and Richardson 360 en aceptable estado, con silenciador y todo. Dos 9mm, una Glock y una Beretta. Todo a buen precio, los dos contentos.
Una carga de C4, con su detonador de tiempo, completa el paquete.

Gracias, buenas noches y si te he visto no me acuerdo.

Un cuarto en un hotel de tercera, no se hacen preguntas, perfecto si no fuera por los grupos de adolescentes de vacaciones compartiendo cuartos y tomando cerveza barata al borde de la piscina agrietada, un coche arrendado, uno económico para no levantar sospechas, otro Toyota mas de los cientos que transitan por las calles de la ciudad, no vaya a ser que los malditos lo rastreen. No puede cometer errores.

Esta vez nada podrá detenerlo.

Esta es la hora de la verdad.

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