Miguel.
Lima. Perú.
El poncho del indio ya esta camino a uno de los basurales de la ciudad, por mucho que significara en términos de que ella lo había tocado, el olor era demasiado desagradable y la probable presencia de parásitos lo convertían en un souvenir muy poco encariñable.
Miguel ha pasado las ultimas horas entre una shakesperiana elocuencia romántica a un melancólico y soñador silencio de sonrisa a flor de labio. Se siente en el cielo, por primera vez ha estado con ella, ha sentido su piel, ha olido su aroma… bueno habría sido así si no fuera por el maldito poncho y su omnipresente hedor.
La dicotomía emocional de Claudio también es manifiesta, de la sincera euforia alegre por la felicidad de su amigo ha pasado al sincero hastío por el parloteo reiterativo, las frases “es tan hermosa”, “era como un sueño” y las interminables asociaciones mencionadas con las innumerables fantasías oníricas desde hace 20 años a la fecha.
Miguel esta imposible y claudio no puede menos que temer que esto podría agravarse.
- Era maravilloso… su cabello le flotaba al viento como si … -.
- ¡Yaa! – Claudio ya va por la cuarta taza de café y el tercer emparedado, escuchando lo mismo – Por dios compadre, ya se lo increíble que fue, lo del viento, las montañas, los ojos, la voz, las piernas, etc, etc!... o sea córtala, ya me hice la idea -.
- Perdón señor amargado – Aunque herido en su romántico descargo, Miguel se siente incapaz de llegar mas allá de un fingimiento de mal humor – ¿No sabia que tanto te molestaba escuchar a un amigo hablar de su mina? -.
- ¡Pero si no es tu mina!... apenas le hablaste, pedazo de animal, por mucho que no sea mi tipo, el 99% de lo que me has repetido las ultimas 5 horas puedo verlo en cualquiera de sus películas -.
- Aunque no de la forma como yo lo veo -.
- Ay señor… - Claudio apenas puede suspirar – Si tarado, es linda, preciosa, etc, eso salta a la vista, pero piensa un poco que quizás esto no haya sido mas que una anécdota para ella, tal vez algo que contarle al novio al volver a su país -.
- Gracias por joderme el ánimo -.
- Sabes que no se trata de eso, sino de que no te hagas ilusiones que escapan de la realidad inmediata… o absoluta -.
- ¿Crees que no lo sé? – a pesar de su humor Miguel no es inmune a los recordatorios sobre la insania de la situación - ¿Qué no se me pasa por la mente que tal vez sea invento mío no solamente lo que creí ver interiormente en ella, sino quizás toda la situación en si?, o sea, está hasta la posibilidad que sea todo otro maldito sueño y de un momento a otro me despierto en el departamento solo -.
- Mira imbecil, solo modérate y danos un descanso de las cantinelas sobre la belleza de la chica, ni siquiera sabemos si podremos seguir con este circo -.
- ¡Demás que podemos! – se escucha desde la puerta.
Freddy entra calmadamente, nuevamente desapareció al alba y ahora a media tarde recién vuelve. Aun magullado por su caída y especialmente por la posterior huida cerro abajo con su tabla para evitar el desfile de malos entendidos con la policía.
- Menos mal que llegas – Dice girándose Claudio – Ahora podrás aburrirlo a el, a ver si ahora me dejas descansar un rato -.
- Naaa, corta el atado, con lo que costo hacer dormir a este desgraciado anoche que no paraba de hablar de la mina, ya tenemos suficiente -.
- Dale, échenle la culpa al pobre Miguel, para eso estoy, denle -.
- Pero si claudi me tira el muerto a mi po`, no es que sea algo personal primo, pero uno se defiende -.
- ¡No me digas Claudi!... Pues también te toca a ti, ¿Porque tendría que ser el único gil escuchando todo el día las mismas cosas? -.
- Córtenla – Casi divertido Miguel se acurrucaba a observar la discusión.
- Nadie te manda a ser el cura del confesionario, podrías dejar solo al tarado este que se felicite a él mismo o por ultimo se ponga a gritar por el balcón su amor -.
- Ah ¿Y cual seria tu consejo entonces Freddy? ¿Irme y dejar que tu primo se le ocurra quizás que otra tontera obsesiva? -.
- Córtenla -.
- Demás po`, deja al loco solo, que descargue su romanticismo, ya esta grande, hediondo y peludo como para que tome sus propias decisiones – Freddy abría un chocolate de un mordisco – No puedes seguir tratando de controlar todo para llevar el orden al caos, tienes que dejar que los giles la caguen de vez en cuando -.
- Muchas gracias… córtenla -.
- Quien dice que yo trato de controlar todo?, que sea responsable, concepto que al parecer tu desconoces, no significa que sea un maniático -.
- Responsable el tonto… ¡Perno!, na` de responsable, gil cerrado, es la corbata que te corta la respiración y te jode el mate -.
- ¡Que se callen por la misma mierda! – Hay un límite hasta para un enamorado.
- Es este pedazo de animal que tienes por pariente que tiene menos sentido común que un… -.
- Animal tu abuela, Claudi, comete tu pollo mejor – Freddy le encaja un sándwich a Claudio con pasmosa precisión – En vez de estar acá flotando como idiota, Miguel, deberías estar pensando como acercarte a ella de una vez por todas, a ver si al fin comenzamos estas vacaciones -.
- Solo déjame encontrar la oportunidad, ¡ahora soy imparable! -.
Claudio logra tragar lo que queda del emparedado y se hecha resignado en la cama.
- Eso es justo lo que me daba miedo escuchar -.
domingo, 24 de mayo de 2009
Capitulo 19
Faith.
Lima. Perú.
Ya han vuelto desde Machu Pichu, el penthouse a pesar de las comodidades le parece odioso y opresivo, el recuerdo de esos ojos baila en su mente en forma continua y la sensación de inutilidad la apremia.
Puede sentir que algo esta pasando, algo dentro y fuera de ella, sin embargo eso poco le dice sobre el camino a tomar.
Trata de alejar los perpetuos fantasmas de su cabeza sin lograrlo mientras se pasea una y otra vez asomándose a la amplia terraza.
Esos ojos.
¿Cielos que pueden significar?
Pocas veces ha tenido una intranquilidad tan dulce y a la vez tan desesperante, recordándole las tribulaciones de los 16 años haciéndola sentir como entonces y llevándola a ese estado de cambiante animo entre la euforia y la depresión que definen esas épocas adolescentes cuando la fantasía se mezcla con la realidad con una facilidad pasmosa.
El espacioso departamento resulta frío y solitario y solo la constante, y no bien mirada por la producción, presencia de Michelle la reconforta un poco.
- Algo te pasa, no te conozco lo suficiente amiga pero eso salta a la vista - Dice la pelirroja afanada en la confección de un apetitoso sándwich, una perfecta mezcla de pechuga de ave y palta.
- No lo se bien, siento que algo pasa pero no puedo saber bien que, quizás es la nostalgia -.
- Dudo mucho que esa nostalgia sea por el insulso de tu novio -.
- Sip, a decir verdad ni me acordaba de Henry – Faith suspira sin saber porque – Ni siquiera es por mi familia, es… no se… algo mas -.
- ¿Algo que te falta?, no hay mucho que te falte, a excepción claro de… -.
- ¿De que? -.
- De alguien – El ultimo trozo del sándwich desaparece – Me refiero a que con todo lo que tienes mas pareces un pollo flaco asustado que alguien… que una chica que tiene el mundo en su mano -.
- ¡Muchas gracias por lo de pollo flaco! -.
- No cambies el tema sabes a que me refiero, es como si incluso hubieras perdido la confianza que mostrabas al llegar acá -.
- Vaya no sabía que era para tanto, que yo sepa sigo siendo quien soy -.
- ¿Estas segura de eso?, a mi mas bien me parece que no lo sabes bien – Michelle se sienta a su lado, con otro emparedado en las manos – Faith lo tienes casi todo, has triunfado en todo, pero hay algo que merma esa confianza en ti misma y es por aquello en que aun no te sientes completa -.
- ¿Y que seria eso? -.
- Esa falta de confianza no viene de acá – Michelle apunta a la cabeza de Faith y luego su pecho – Viene de tu corazón, ahí esta tu vacío… y se nota… lo extraño es que se nota mas hoy -.
Faith se acurruca aun mas en el sillón, Michelle puede tener razón y de ser así también se pregunta porque lo siente mas ahora.
¿Ha hecho tantos papeles de enamorada que llego a confundir cada sentimiento con la simple lectura de sus líneas? ¿Es que simplemente ya asocia todo con lo escrito por algún guionista o es que no quiere aceptar que añora aunque sea sentir algo del calor que esta tan acostumbrada a fingir en cada escena en que la suave música suena de fondo mientras abraza a su coprotagonista?.
Nunca ha sido una absoluta soñadora, al menos no recuerda bien como era serlo, demasiado tiempo ha pasado en un mundo de cifras y técnicas, libretos y ficciones, luces y espejos.
Faith se acurruca junto a su amiga y ese rostro se le vuelve a aparecer en su mente, grabado a fuego, omnipresente sin importar las distancias y tiempos.
Si, a ella le falta algo y por primera vez todo lo demás parece desvanecerse en una dolorosa certidumbre de inutilidad, cada cifra en la cuenta corriente, cada premio, cada agasajo de los fans se vuelve vacío.
Faith tiene un hueco en su corazón, un espacio oscuro solo ocupado por algunos fútiles trazos, y sin embargo no sabe porque siente que la luz lentamente comienza a aparecer.
Lima. Perú.
Ya han vuelto desde Machu Pichu, el penthouse a pesar de las comodidades le parece odioso y opresivo, el recuerdo de esos ojos baila en su mente en forma continua y la sensación de inutilidad la apremia.
Puede sentir que algo esta pasando, algo dentro y fuera de ella, sin embargo eso poco le dice sobre el camino a tomar.
Trata de alejar los perpetuos fantasmas de su cabeza sin lograrlo mientras se pasea una y otra vez asomándose a la amplia terraza.
Esos ojos.
¿Cielos que pueden significar?
Pocas veces ha tenido una intranquilidad tan dulce y a la vez tan desesperante, recordándole las tribulaciones de los 16 años haciéndola sentir como entonces y llevándola a ese estado de cambiante animo entre la euforia y la depresión que definen esas épocas adolescentes cuando la fantasía se mezcla con la realidad con una facilidad pasmosa.
El espacioso departamento resulta frío y solitario y solo la constante, y no bien mirada por la producción, presencia de Michelle la reconforta un poco.
- Algo te pasa, no te conozco lo suficiente amiga pero eso salta a la vista - Dice la pelirroja afanada en la confección de un apetitoso sándwich, una perfecta mezcla de pechuga de ave y palta.
- No lo se bien, siento que algo pasa pero no puedo saber bien que, quizás es la nostalgia -.
- Dudo mucho que esa nostalgia sea por el insulso de tu novio -.
- Sip, a decir verdad ni me acordaba de Henry – Faith suspira sin saber porque – Ni siquiera es por mi familia, es… no se… algo mas -.
- ¿Algo que te falta?, no hay mucho que te falte, a excepción claro de… -.
- ¿De que? -.
- De alguien – El ultimo trozo del sándwich desaparece – Me refiero a que con todo lo que tienes mas pareces un pollo flaco asustado que alguien… que una chica que tiene el mundo en su mano -.
- ¡Muchas gracias por lo de pollo flaco! -.
- No cambies el tema sabes a que me refiero, es como si incluso hubieras perdido la confianza que mostrabas al llegar acá -.
- Vaya no sabía que era para tanto, que yo sepa sigo siendo quien soy -.
- ¿Estas segura de eso?, a mi mas bien me parece que no lo sabes bien – Michelle se sienta a su lado, con otro emparedado en las manos – Faith lo tienes casi todo, has triunfado en todo, pero hay algo que merma esa confianza en ti misma y es por aquello en que aun no te sientes completa -.
- ¿Y que seria eso? -.
- Esa falta de confianza no viene de acá – Michelle apunta a la cabeza de Faith y luego su pecho – Viene de tu corazón, ahí esta tu vacío… y se nota… lo extraño es que se nota mas hoy -.
Faith se acurruca aun mas en el sillón, Michelle puede tener razón y de ser así también se pregunta porque lo siente mas ahora.
¿Ha hecho tantos papeles de enamorada que llego a confundir cada sentimiento con la simple lectura de sus líneas? ¿Es que simplemente ya asocia todo con lo escrito por algún guionista o es que no quiere aceptar que añora aunque sea sentir algo del calor que esta tan acostumbrada a fingir en cada escena en que la suave música suena de fondo mientras abraza a su coprotagonista?.
Nunca ha sido una absoluta soñadora, al menos no recuerda bien como era serlo, demasiado tiempo ha pasado en un mundo de cifras y técnicas, libretos y ficciones, luces y espejos.
Faith se acurruca junto a su amiga y ese rostro se le vuelve a aparecer en su mente, grabado a fuego, omnipresente sin importar las distancias y tiempos.
Si, a ella le falta algo y por primera vez todo lo demás parece desvanecerse en una dolorosa certidumbre de inutilidad, cada cifra en la cuenta corriente, cada premio, cada agasajo de los fans se vuelve vacío.
Faith tiene un hueco en su corazón, un espacio oscuro solo ocupado por algunos fútiles trazos, y sin embargo no sabe porque siente que la luz lentamente comienza a aparecer.
Capitulo 18
Machu-pichu.
Cusco, Sierra peruana.
Dos días de descanso, mientras llega el otro equipo. No costó mucho para que Michelle la convenciera del tour.
“Machu-pichu”.
- Es muy pintoresco -. Le había dicho – Yo estuve acá con el equipo de Proof of life… y aproveché de recorrer, te gustará -.
Y hela aquí, en un minúsculo bus recorriendo las montañas, visitando extraños lugares, pequeños pueblos indígenas y antiguos monumentos.
La inmensidad de las montañas es hipnotizante, las rocas cubiertas de musgo, las hondas cañadas, un paisaje de leyenda, de cuentos de hadas
Ayer pudo verla de nuevo, de lejos al menos, se veía tan hermosa, vestida de guerrillera, hasta un fusil se ve bien en su regazo piensa. Pero hoy será diferente, exactamente a las una de la tarde su bus llegara bajo Machu-pichu.
Él estará ahí. Poncho, faldón, hasta el gorro de lana con orejeras, todo encima de su ropa. La extraña indumentaria del indio ebrio que se la vendió anoche luego de tentarlo con mejor licor del que probablemente había visto en su vida. Huele a rayos, pero funcionara, maquillaje para oscurecer su piel, hasta trenzas postizas y nariz falsa, Claudio no escatima en gastos.
Se mira al espejo y no puede evitar la carcajada.
Freddy se ríe media hora, y es que se ve absolutamente ridículo. Erguido en su pose natural de santiaguino universitario de clase media alta parece una Dorothy presta a salir hacia Oz, una Dorothy aimará.
Ensaya una nueva posición, un indio encorvado, no, mejor jorobado, cojo, tímido, pero, ingenioso y ladino.
- Patrón, las joyas del empera’or Monte’uma le tengo, puis, baratas, únicas, patro’cito -.
Un acento cantarín, lo ensaya una y otra vez, arrastra la lengua, altera las consonantes, se come letras. ¿Convincente?.
Dos turistas alemanes así lo creen, después de regatear hasta los veinte dólares, se llevan un mapa y un anillo, “de la reina Ini Maru”, una baratija de veinte centavos de forma indescifrable comprada a un hippie en Tacna la pasada semana.
Y eso sin saber ni pizca de alemán.
La una y cinco, el minibús rentado de la productora se detiene al pie de las escaleras, hay muchos turistas es mejor esperar un momento para subir a la ciudadela. Pero Faith esta de un humor excelente, frente a ella, la sierra se extiende en toda su agreste belleza y ella no está para esperar a nadie.
Las nubes casi pueden tocarse, mas allá un majestuoso cóndor planea hacia el valle, “Dios, que grande es”, la brisa helada, las escaleras interminables… y los indígenas que se acercan a vender sus baratijas.
“Pobrecillo”, un miserable indio jorobado, se acerca cojeando, se ve muy pobre con su poncho raído y su bolsito de mercadería artesanal.
- “Joyas fina le tiengo patronj’itas, joyas incas” – le ofrece sin levantar la mirada de entre los sucios manojos de pelo que le cubren la mitad de la cara.
¿Qué estará diciendo? Faith apenas entiende español culto, menos la jerga de los pobres.
- I don’t speak Spanish, sorry – le dice con la más cálida de sus sonrisas.
No es que Miguel solo pueda ver el gesto, prácticamente puede sentir la luminosidad que emana de su boca, esa dada por un corazón puro y maravilloso, se dice.
No puede evitar el levantar un poco la vista y devolverle la sonrisa.
- “Don guorry miss. I sol yubels, inca’s yubels” (no ‘e precupe señorita, yo ven’o jollas, jollas incas)-.
“Vaya, el indiecito habla ingles, no muy bien por cierto, pero, que sonrisa”.
Que sonrisa, no solo es la linda dentadura contrastando con la ropa sucia, los rasgos duros y sin gracia, es… es una sonrisa cálida, muy cálida. Faith se descubre en un largo silencio y sonriéndole al indio, ¿Cómo coqueteándole?.
- ¿Cuánto cuestan? – Retarda las silabas en ingles, para asegurarse que le entienda.
- Solo diez dola’es patrona – Miguel lucha como desesperado para no mirarla a los ojos… o peor, tratar de abrazarla.
- ¡¿Estas loco, cholo?! – el tono fuerte de Michelle los desconcierta a ambos – No le hagas caso Faith, con diez dólares puede vivir una semana, esa cosa no vale mas de 1, 2 a lo sumo -.
Miguel se aprieta los labios, “estúpido eso es muy caro, creerán que las quieres estafar”.
- Vámonos, este indio te quiere estafar – Faith es arrastrada por su amiga.
Miguel se queda ahí, perplejo. La realidad cae sobre él, su fantasía se desmorona ante sus ojos.
“¡Vamos dame una señal, solo una señal!”.
Faith comienza a subir las escaleras, atenta a los comentarios históricos de Michelle.
“¡Vamos, solo una señal de que este viaje no fue en vano!”
Ella observa extasiada el paisaje.
“¡Dios, no es ella!”.
Faith se detiene un momento. “Esa sonrisa, ¿Por qué?, ¿Por qué te sientes así frente a esa pobre criatura?”.
No puede evitar girarse, “¿Todavía estará ahí?, ¡Sí, ahí esta!”.
Miguel levanta un poco la cabeza, lo siente. Allí esta ella… dedicándole una amplia sonrisa antes de seguir subiendo.
“Gracias”.
- Será mejor que le cuente a Freddy -.
Miguel corre hacia la otra escalera, de forma que ella no le vea. Pero no puede evitar las miradas inquisidoras del policía más allá.
Tal como el uniformado no puede evitar el ser observado por la sombría figura escondida entre los escasos matorrales al otro lado del precipicio.
Arnold no esta muy cómodo con el “resguardo” policial, pero lo único que necesita es un buen blanco. Ella pronto llegara arriba, cuando esté en la amplia terraza tendrá todo despejado para un tiro perfecto con el rifle, incluso para un segundo por si acaso, el tercero será para el, por incomodo que resulte o en su defecto tendrá tiempo de sobra para lanzarse hacia el vacío. Así los dos muertos, la misión cumplida, la humanidad salvada.
Miguel trepa velozmente, los dos deben estar arriba, siempre y cuando su primo no haya ido ya a hacer la tontera de lanzarse en su snowboard por la ladera de al frente, “¡Demonios! Ojalá eligiera un momento más oportuno para sus locuras”.
Prepara el rifle, silenciador largo, una bala especial con su nombre en ella. Un momento mágico, ella comienza a aparecer, la puede ver por el visor, hermosa, sonriente. “Pronto estarás mas feliz mi amor, cuando atravesemos las puertas del cielo juntos”.
Faith se enfrenta a un panorama fantástico, rodeada por las ruinas y la imponente vista. “Desde el borde se puede ver todo el valle”.
Miguel para en seco, ¡El indio cojo verdad!, Comienza a renguear, se agacha, llega a la cima. ¿Muy tarde?, Un tipo con una radio lo mira con desconfianza, algo le dice al que esta a su lado.
Puede ver sus ojos alineados en la cruz lechosa de la mira, saca el seguro.
Capote largo, una especie de sombrero cubierto con nylon, botas militares.
¿Policías?.
Fijo.
No tienen cara de muchos amigos.
- ¡¡¡¡Detente cholo!!!… - Le alcanzan a gritar mientras se abalanzan sobre él.
La idea de una paliza gratuita baila delante de él y no le hace ninguna gracia.
Miguel corre, los dos policías se sorprenden un momento por la agilidad del indio… del indio cojo y jorobado.
Salta un muro bajo.
El dedo acaricia el gatillo.
Se lanza por las escaleras de piedra con la decisión de un demente y una velocidad Ad-hoc.
Llega a una terraza.
Esquiva a una pareja de chinos… ¿O japoneses?, De esos llenos de cámaras.
¡¡¿Que demonios importa eso?!!
Choca con una forma menuda dirigiéndose a contemplar la maravillosa vista.
La bala pasa cerca y se pierde en el valle varios cientos de metros mas abajo. El cóndor sorprendido en medio de su placido planeo casi muere de un ataque cardiaco producto del susto.
“¡¡Ha fallado!!… ¡¡Ella se movió!!… ¡¡Un indio la golpeó!!!.”
“¿Qué pasó? ¿Algo la golpeó?”, Por unos segundos solo ve un trozo de lana chillón. “¿Un indio? ¿El de hace un rato?”.
“¡¡Sí!! El mismo, la mira con… ¿El horror pintado en el rostro?”.
“¡¡Ay Miguelito esta vez si la embarraste!!” Se ve diciéndose en su mente.
Trata de enderezarse solo para darse cuenta que esta encima de ella de forma no muy decorosa.
No atina a nada, solo balbucea nervioso…
- I’m so Sorry, I just trying to avoid the…-.
¡¡Oops!!, Se muerde la lengua. Trata de incorporarse.
Faith no repara en la decente pronunciación del indio, algo adolorida y con su nariz quejándose ante el aroma del poncho.
Arnold vuelve a apuntar, ¡Esta vez sí!, La segunda bala entra en la recamara con un ruido seco de metal contra metal. Ella se incorpora, ese indio torpe la ayuda, se quedan mirando.
¡Quieta! Solo un poco, solo un segundo.
El dedo se crispa en el gatillo, las miras se alinean.
- ¡¡¡Cuidado conche’ tu maaaaaa….!!!!! -.
Gira y se encuentra con una tabla que aterriza en su cara, con gusto a cera y barro, el tipo flaco que iba arriba cae hacia atrás con las manos aun tapándole los ojos. El rifle rueda por un costado de la ladera cientos de metros mas abajo y Arnold por el otro.
Suelo, cielo, suelo, cielo… suelo.
Escupe algo de tierra, todo el cuerpo le duele, a rodado solo varios metros por la ladera casi al borde del abismo, por suerte no más abajo.
“¡¡Demonios!!… ¿Cómo le pasan estas cosas, es un augurio?… ¿Que cada intento le saldrá mal?… ¿Cómo puede ser posible?”.
¿Cómo puede ser posible?… ¿Cómo puede tener esos ojos? El indio no baja la mirada preocupado por los policías que suben por la ladera ¿A ayudar a un turista?
Esos ojos
Como los del chico en el hotel, esos ojos.
“¿Del indio?”.
Cusco, Sierra peruana.
Dos días de descanso, mientras llega el otro equipo. No costó mucho para que Michelle la convenciera del tour.
“Machu-pichu”.
- Es muy pintoresco -. Le había dicho – Yo estuve acá con el equipo de Proof of life… y aproveché de recorrer, te gustará -.
Y hela aquí, en un minúsculo bus recorriendo las montañas, visitando extraños lugares, pequeños pueblos indígenas y antiguos monumentos.
La inmensidad de las montañas es hipnotizante, las rocas cubiertas de musgo, las hondas cañadas, un paisaje de leyenda, de cuentos de hadas
Ayer pudo verla de nuevo, de lejos al menos, se veía tan hermosa, vestida de guerrillera, hasta un fusil se ve bien en su regazo piensa. Pero hoy será diferente, exactamente a las una de la tarde su bus llegara bajo Machu-pichu.
Él estará ahí. Poncho, faldón, hasta el gorro de lana con orejeras, todo encima de su ropa. La extraña indumentaria del indio ebrio que se la vendió anoche luego de tentarlo con mejor licor del que probablemente había visto en su vida. Huele a rayos, pero funcionara, maquillaje para oscurecer su piel, hasta trenzas postizas y nariz falsa, Claudio no escatima en gastos.
Se mira al espejo y no puede evitar la carcajada.
Freddy se ríe media hora, y es que se ve absolutamente ridículo. Erguido en su pose natural de santiaguino universitario de clase media alta parece una Dorothy presta a salir hacia Oz, una Dorothy aimará.
Ensaya una nueva posición, un indio encorvado, no, mejor jorobado, cojo, tímido, pero, ingenioso y ladino.
- Patrón, las joyas del empera’or Monte’uma le tengo, puis, baratas, únicas, patro’cito -.
Un acento cantarín, lo ensaya una y otra vez, arrastra la lengua, altera las consonantes, se come letras. ¿Convincente?.
Dos turistas alemanes así lo creen, después de regatear hasta los veinte dólares, se llevan un mapa y un anillo, “de la reina Ini Maru”, una baratija de veinte centavos de forma indescifrable comprada a un hippie en Tacna la pasada semana.
Y eso sin saber ni pizca de alemán.
La una y cinco, el minibús rentado de la productora se detiene al pie de las escaleras, hay muchos turistas es mejor esperar un momento para subir a la ciudadela. Pero Faith esta de un humor excelente, frente a ella, la sierra se extiende en toda su agreste belleza y ella no está para esperar a nadie.
Las nubes casi pueden tocarse, mas allá un majestuoso cóndor planea hacia el valle, “Dios, que grande es”, la brisa helada, las escaleras interminables… y los indígenas que se acercan a vender sus baratijas.
“Pobrecillo”, un miserable indio jorobado, se acerca cojeando, se ve muy pobre con su poncho raído y su bolsito de mercadería artesanal.
- “Joyas fina le tiengo patronj’itas, joyas incas” – le ofrece sin levantar la mirada de entre los sucios manojos de pelo que le cubren la mitad de la cara.
¿Qué estará diciendo? Faith apenas entiende español culto, menos la jerga de los pobres.
- I don’t speak Spanish, sorry – le dice con la más cálida de sus sonrisas.
No es que Miguel solo pueda ver el gesto, prácticamente puede sentir la luminosidad que emana de su boca, esa dada por un corazón puro y maravilloso, se dice.
No puede evitar el levantar un poco la vista y devolverle la sonrisa.
- “Don guorry miss. I sol yubels, inca’s yubels” (no ‘e precupe señorita, yo ven’o jollas, jollas incas)-.
“Vaya, el indiecito habla ingles, no muy bien por cierto, pero, que sonrisa”.
Que sonrisa, no solo es la linda dentadura contrastando con la ropa sucia, los rasgos duros y sin gracia, es… es una sonrisa cálida, muy cálida. Faith se descubre en un largo silencio y sonriéndole al indio, ¿Cómo coqueteándole?.
- ¿Cuánto cuestan? – Retarda las silabas en ingles, para asegurarse que le entienda.
- Solo diez dola’es patrona – Miguel lucha como desesperado para no mirarla a los ojos… o peor, tratar de abrazarla.
- ¡¿Estas loco, cholo?! – el tono fuerte de Michelle los desconcierta a ambos – No le hagas caso Faith, con diez dólares puede vivir una semana, esa cosa no vale mas de 1, 2 a lo sumo -.
Miguel se aprieta los labios, “estúpido eso es muy caro, creerán que las quieres estafar”.
- Vámonos, este indio te quiere estafar – Faith es arrastrada por su amiga.
Miguel se queda ahí, perplejo. La realidad cae sobre él, su fantasía se desmorona ante sus ojos.
“¡Vamos dame una señal, solo una señal!”.
Faith comienza a subir las escaleras, atenta a los comentarios históricos de Michelle.
“¡Vamos, solo una señal de que este viaje no fue en vano!”
Ella observa extasiada el paisaje.
“¡Dios, no es ella!”.
Faith se detiene un momento. “Esa sonrisa, ¿Por qué?, ¿Por qué te sientes así frente a esa pobre criatura?”.
No puede evitar girarse, “¿Todavía estará ahí?, ¡Sí, ahí esta!”.
Miguel levanta un poco la cabeza, lo siente. Allí esta ella… dedicándole una amplia sonrisa antes de seguir subiendo.
“Gracias”.
- Será mejor que le cuente a Freddy -.
Miguel corre hacia la otra escalera, de forma que ella no le vea. Pero no puede evitar las miradas inquisidoras del policía más allá.
Tal como el uniformado no puede evitar el ser observado por la sombría figura escondida entre los escasos matorrales al otro lado del precipicio.
Arnold no esta muy cómodo con el “resguardo” policial, pero lo único que necesita es un buen blanco. Ella pronto llegara arriba, cuando esté en la amplia terraza tendrá todo despejado para un tiro perfecto con el rifle, incluso para un segundo por si acaso, el tercero será para el, por incomodo que resulte o en su defecto tendrá tiempo de sobra para lanzarse hacia el vacío. Así los dos muertos, la misión cumplida, la humanidad salvada.
Miguel trepa velozmente, los dos deben estar arriba, siempre y cuando su primo no haya ido ya a hacer la tontera de lanzarse en su snowboard por la ladera de al frente, “¡Demonios! Ojalá eligiera un momento más oportuno para sus locuras”.
Prepara el rifle, silenciador largo, una bala especial con su nombre en ella. Un momento mágico, ella comienza a aparecer, la puede ver por el visor, hermosa, sonriente. “Pronto estarás mas feliz mi amor, cuando atravesemos las puertas del cielo juntos”.
Faith se enfrenta a un panorama fantástico, rodeada por las ruinas y la imponente vista. “Desde el borde se puede ver todo el valle”.
Miguel para en seco, ¡El indio cojo verdad!, Comienza a renguear, se agacha, llega a la cima. ¿Muy tarde?, Un tipo con una radio lo mira con desconfianza, algo le dice al que esta a su lado.
Puede ver sus ojos alineados en la cruz lechosa de la mira, saca el seguro.
Capote largo, una especie de sombrero cubierto con nylon, botas militares.
¿Policías?.
Fijo.
No tienen cara de muchos amigos.
- ¡¡¡¡Detente cholo!!!… - Le alcanzan a gritar mientras se abalanzan sobre él.
La idea de una paliza gratuita baila delante de él y no le hace ninguna gracia.
Miguel corre, los dos policías se sorprenden un momento por la agilidad del indio… del indio cojo y jorobado.
Salta un muro bajo.
El dedo acaricia el gatillo.
Se lanza por las escaleras de piedra con la decisión de un demente y una velocidad Ad-hoc.
Llega a una terraza.
Esquiva a una pareja de chinos… ¿O japoneses?, De esos llenos de cámaras.
¡¡¿Que demonios importa eso?!!
Choca con una forma menuda dirigiéndose a contemplar la maravillosa vista.
La bala pasa cerca y se pierde en el valle varios cientos de metros mas abajo. El cóndor sorprendido en medio de su placido planeo casi muere de un ataque cardiaco producto del susto.
“¡¡Ha fallado!!… ¡¡Ella se movió!!… ¡¡Un indio la golpeó!!!.”
“¿Qué pasó? ¿Algo la golpeó?”, Por unos segundos solo ve un trozo de lana chillón. “¿Un indio? ¿El de hace un rato?”.
“¡¡Sí!! El mismo, la mira con… ¿El horror pintado en el rostro?”.
“¡¡Ay Miguelito esta vez si la embarraste!!” Se ve diciéndose en su mente.
Trata de enderezarse solo para darse cuenta que esta encima de ella de forma no muy decorosa.
No atina a nada, solo balbucea nervioso…
- I’m so Sorry, I just trying to avoid the…-.
¡¡Oops!!, Se muerde la lengua. Trata de incorporarse.
Faith no repara en la decente pronunciación del indio, algo adolorida y con su nariz quejándose ante el aroma del poncho.
Arnold vuelve a apuntar, ¡Esta vez sí!, La segunda bala entra en la recamara con un ruido seco de metal contra metal. Ella se incorpora, ese indio torpe la ayuda, se quedan mirando.
¡Quieta! Solo un poco, solo un segundo.
El dedo se crispa en el gatillo, las miras se alinean.
- ¡¡¡Cuidado conche’ tu maaaaaa….!!!!! -.
Gira y se encuentra con una tabla que aterriza en su cara, con gusto a cera y barro, el tipo flaco que iba arriba cae hacia atrás con las manos aun tapándole los ojos. El rifle rueda por un costado de la ladera cientos de metros mas abajo y Arnold por el otro.
Suelo, cielo, suelo, cielo… suelo.
Escupe algo de tierra, todo el cuerpo le duele, a rodado solo varios metros por la ladera casi al borde del abismo, por suerte no más abajo.
“¡¡Demonios!!… ¿Cómo le pasan estas cosas, es un augurio?… ¿Que cada intento le saldrá mal?… ¿Cómo puede ser posible?”.
¿Cómo puede ser posible?… ¿Cómo puede tener esos ojos? El indio no baja la mirada preocupado por los policías que suben por la ladera ¿A ayudar a un turista?
Esos ojos
Como los del chico en el hotel, esos ojos.
“¿Del indio?”.
lunes, 18 de mayo de 2009
Capitulo 17.
Miguel.
Lima. Perú.
Claudio lanzó su consumido cigarro por el balcón, varios días llevan ya en la capital peruana y aún nada, Miguel se pasea casi como enamorado incomprendido… bueno… exactamente como enamorado incomprendido.
La seguridad en el set ha resultado demasiada, además de los guardias peruanos, ella tiene un par de guardaespaldas yanquis de lo mas eficientes, no hay forma aparente siquiera de acercarse, y eso afecta el humor de Miguel mas de lo que le gustaría aceptar.
Especialmente desde el otro día en el hotel, no ha dejado de hablar de ello: “Es que se veía tan linda, el pelo y los ojos tal como la he soñado siempre, ¡Es ella!, ¿O no?, ¡Sí, tiene que ser!, ¿Y si me equivoco?, Debo verla de nuevo, ¿Cómo lo hago?, ¿Y si ella no quiere verme?”.
Freddy es mas practico, se larga todas las mañanas a “Hacer turismo”, y le deja solo para lidiar con Miguel.
- ¿Por qué, no simplemente vas y tratas de hablar con ella? -.
- ¡¿Estas loco?!, ¿Y si cree que soy un maniático? – Miguel suspira desesperado – No, debo acercarme sin que me reconozca, buscar una señal, saber que es ella… Debo saberlo antes de hacer cualquier movimiento -.
- ¿Cualquier movimiento?, Eso mas suena a ajedrez que a locura amorosa… - Claudio lleva años tratando de tragarse lo de los sueños, desde el colegio, incluso hubo una época en que escuchaba cada mañana el de la noche anterior con todo lujo de detalles – Mira, esto se está volviendo muy obsesivo, si es ella saltará a tus brazos, si no, lo peor que te puede pasar es que te pateen los guardias, no es tan grave, no será la primera vez que te den una paliza por hacerte el vivo -.
- ¿Te parece tan simple?, Es mi vida, todo está en juego – Enciende otro cigarro, el quinto del día, eso que se levantaron hace media hora – No, debo ser discreto, me disfrazaré, actuaré para acercarme a ella -.
- ¿Te disfrazaras, y de qué? – “Esto esta cada vez más raro, Miguel se está volviendo loco”- ¡Ya sé!, Disfrázate de W.C. y así la sorprendes en el baño, claro que si no es ella… no la mandes a c…-.
- Muy gracioso… -.
- En serio, puedes pedir el disfraz por Internet a ACME… - Claudio ríe estruendosamente - ¡Espera, llamaré al pato Lucas y le preguntaré la dirección…! -.
- Ya basta… -.
- Jajaja… bueno espera, llamaré mejor a Porky… Mejor aún te vistes de araña y la esperas colgado en el closet, así, si no se enamora de ti, te ahorcas con tu propia seda, como Romeo… jajaja -.
Una alegre melodía silbada se cuela adentro de la habitación.
- ¡Mozalbetes, ha llegado el desayuno!… - Freddy aparece en la puerta, a pesar de la hora, fresco como lechuga, con la bandeja en las manos - ¿Y tú de que te ríes? -.
- Nada, solo del tarado este, que anda suspirando por los rincones por su princesita – Claudio, parece desquitarse con un sándwich de pollo especialmente voluminoso que le llamaba provocativamente desde la bandeja.
- ¡¿Quieres una patada?! – Miguel no esta para bromas.
- Entonces saltarás de alegría cuando te cuente que averigüé -.
- ¡¿Sobre Faith?! -.
- Aja – Freddy le hace sufrir… solo un poco.
- Faith mi amor, soy tu corazoncito perdido… – Claudio revolotea por la habitación aleteando, persiguiendo una esquiva doncella imaginaria – ¡Tu amoroso atorrante, tu chilenito de mazapán…! -.
- ¡Ya basta! -.
- Soy tu “Guardián de la bahía porteño… tu Tom Cruz, tu Jarrizon Fó… - Freddy se une al baile haciendo cómicas reverencias – Soy como el tipo de “Nothing Hill”, pero, con menos cara de estúpido y sin librería… -.
- Ya no tendrás que hacer más películas, no mas Hollywood, mi amor… te quedaras en mi departamentito a reírte con los chistes de mis compadres, a ver a Don Francisco, a llorar con la doctora Polo… -.
- Y haremos turismo por Maipú y la Pintana -.
- Muy graciosos -.
- Jajajaja… - Los dos se abrazan de la risa.
- ¿Qué es lo que averiguaste? -.
- Ja… ella se va a tomar dos días, va a Machu-pichu, sin una gran guardia, viaje secreto -.
- ¡¿En serio?! -.
- Claro soquete, me lo dijo un pajarito… - Freddy se alegra de ser de utilidad – Llega pasado mañana a la una -.
- ¡Entonces iremos a Machu-pichu! -.
- Estaba bueno ya, estar encerrado en esta pensión toda la semana era mucho – dice Claudio feliz de salir del hastío de la pensión.
- ¡Llevaré mi tabla de snowboard! – Freddy empieza a revolver el closet.
- Por cierto Claudio… - Miguel se sonríe al estar corrigiendo al que se supone acérrimo fan de Shakespeare – Romeo se envenenó, no se ahorcó… supongo que era más patético que yo… -.
Claudio solo le mira fijamente un momento.
- No lo apuestes -.
Lima. Perú.
Claudio lanzó su consumido cigarro por el balcón, varios días llevan ya en la capital peruana y aún nada, Miguel se pasea casi como enamorado incomprendido… bueno… exactamente como enamorado incomprendido.
La seguridad en el set ha resultado demasiada, además de los guardias peruanos, ella tiene un par de guardaespaldas yanquis de lo mas eficientes, no hay forma aparente siquiera de acercarse, y eso afecta el humor de Miguel mas de lo que le gustaría aceptar.
Especialmente desde el otro día en el hotel, no ha dejado de hablar de ello: “Es que se veía tan linda, el pelo y los ojos tal como la he soñado siempre, ¡Es ella!, ¿O no?, ¡Sí, tiene que ser!, ¿Y si me equivoco?, Debo verla de nuevo, ¿Cómo lo hago?, ¿Y si ella no quiere verme?”.
Freddy es mas practico, se larga todas las mañanas a “Hacer turismo”, y le deja solo para lidiar con Miguel.
- ¿Por qué, no simplemente vas y tratas de hablar con ella? -.
- ¡¿Estas loco?!, ¿Y si cree que soy un maniático? – Miguel suspira desesperado – No, debo acercarme sin que me reconozca, buscar una señal, saber que es ella… Debo saberlo antes de hacer cualquier movimiento -.
- ¿Cualquier movimiento?, Eso mas suena a ajedrez que a locura amorosa… - Claudio lleva años tratando de tragarse lo de los sueños, desde el colegio, incluso hubo una época en que escuchaba cada mañana el de la noche anterior con todo lujo de detalles – Mira, esto se está volviendo muy obsesivo, si es ella saltará a tus brazos, si no, lo peor que te puede pasar es que te pateen los guardias, no es tan grave, no será la primera vez que te den una paliza por hacerte el vivo -.
- ¿Te parece tan simple?, Es mi vida, todo está en juego – Enciende otro cigarro, el quinto del día, eso que se levantaron hace media hora – No, debo ser discreto, me disfrazaré, actuaré para acercarme a ella -.
- ¿Te disfrazaras, y de qué? – “Esto esta cada vez más raro, Miguel se está volviendo loco”- ¡Ya sé!, Disfrázate de W.C. y así la sorprendes en el baño, claro que si no es ella… no la mandes a c…-.
- Muy gracioso… -.
- En serio, puedes pedir el disfraz por Internet a ACME… - Claudio ríe estruendosamente - ¡Espera, llamaré al pato Lucas y le preguntaré la dirección…! -.
- Ya basta… -.
- Jajaja… bueno espera, llamaré mejor a Porky… Mejor aún te vistes de araña y la esperas colgado en el closet, así, si no se enamora de ti, te ahorcas con tu propia seda, como Romeo… jajaja -.
Una alegre melodía silbada se cuela adentro de la habitación.
- ¡Mozalbetes, ha llegado el desayuno!… - Freddy aparece en la puerta, a pesar de la hora, fresco como lechuga, con la bandeja en las manos - ¿Y tú de que te ríes? -.
- Nada, solo del tarado este, que anda suspirando por los rincones por su princesita – Claudio, parece desquitarse con un sándwich de pollo especialmente voluminoso que le llamaba provocativamente desde la bandeja.
- ¡¿Quieres una patada?! – Miguel no esta para bromas.
- Entonces saltarás de alegría cuando te cuente que averigüé -.
- ¡¿Sobre Faith?! -.
- Aja – Freddy le hace sufrir… solo un poco.
- Faith mi amor, soy tu corazoncito perdido… – Claudio revolotea por la habitación aleteando, persiguiendo una esquiva doncella imaginaria – ¡Tu amoroso atorrante, tu chilenito de mazapán…! -.
- ¡Ya basta! -.
- Soy tu “Guardián de la bahía porteño… tu Tom Cruz, tu Jarrizon Fó… - Freddy se une al baile haciendo cómicas reverencias – Soy como el tipo de “Nothing Hill”, pero, con menos cara de estúpido y sin librería… -.
- Ya no tendrás que hacer más películas, no mas Hollywood, mi amor… te quedaras en mi departamentito a reírte con los chistes de mis compadres, a ver a Don Francisco, a llorar con la doctora Polo… -.
- Y haremos turismo por Maipú y la Pintana -.
- Muy graciosos -.
- Jajajaja… - Los dos se abrazan de la risa.
- ¿Qué es lo que averiguaste? -.
- Ja… ella se va a tomar dos días, va a Machu-pichu, sin una gran guardia, viaje secreto -.
- ¡¿En serio?! -.
- Claro soquete, me lo dijo un pajarito… - Freddy se alegra de ser de utilidad – Llega pasado mañana a la una -.
- ¡Entonces iremos a Machu-pichu! -.
- Estaba bueno ya, estar encerrado en esta pensión toda la semana era mucho – dice Claudio feliz de salir del hastío de la pensión.
- ¡Llevaré mi tabla de snowboard! – Freddy empieza a revolver el closet.
- Por cierto Claudio… - Miguel se sonríe al estar corrigiendo al que se supone acérrimo fan de Shakespeare – Romeo se envenenó, no se ahorcó… supongo que era más patético que yo… -.
Claudio solo le mira fijamente un momento.
- No lo apuestes -.
Capitulo 16
Faith.
Locación de filmación de “Jungle destiny”.
Convento de San Francisco, Lima, Perú.
La rutina del cine amenaza con atenazarla entre sus garras una vez mas, Faith es muy simpática, es cierto, pero, entre el ajetreo de las filmaciones, entrevistas y demases, nunca tiene tiempo de trabar verdadera amistad con nadie en el set que no sea alguno de sus coprotagonistas. Y esta vez hay mala suerte, André, el novicio “Jovencito de la película” resulta no ser muy brillante, a decir verdad, a parte de hablar de si mismo en su ingles afrancesado, sus temas de conversación son bastante limitados, y en cuanto a los demás, parecen intimidados por su condición de ídolo, al menos los que hablan inglés, de los otros mejor ni hablar, aunque quisieran no podrían conversar con ella.
Quizás debió tomar español en vez de francés en la “prepa”.
Otra cosa peor es con algunas otras figuras, ya durante el vuelo podía sentir los ojos nerviosos de la asistente del productor pendientes venenosamente en ella, Nadine Stevens parece ser el nombre de la chica, una pequeña y flacuchenta arpía que pronto comienza a sacar las garras ante la menor oportunidad de incomodar, hay una especie de envidia patente en su actuar y una necesidad de demostrar una posición ejecutiva que solo agrava el hastío de Faith.
Sin embargo, siempre hay un rayo de sol en la tormenta.
Aprovecha un descanso para disfrutar de un momento de dubitativa tranquilidad en un hermoso jardín tal vez cuidado por algún solitario monje bastante poco dispuesto a mostrarse con tanto gringo ajetreado. Sin aviso la chica pelirroja, la estilista, se le acerca, como si no le importara su posición de protagonista, de estrella de Hollywood. Solo le pasa su guitarra y se sienta a su lado.
- Toca algo para mí -.
No dice nada mas, solo se sienta a escucharla cantar sus canciones, esas cursis que tanto le gustan. Se hacen amigas de inmediato. Dice ser de Maine, de pueblo pequeño, con lago, bosque, hasta osos. Madre amorosa, varios hermanos, tanto en común.
Aunque ella solo tenga un hermano, y aun a los veinte y tantos bastante molesto.
Igual lo echa de menos.
- Michelle es mi nombre -.
Solo basta una tarde para saber todos sus secretos, como si se conocieran toda la vida, le cuenta sobre los galanes, ella de cómo crecer normal, de la escuela, de los sets, del campo, de los fans.
Cada anécdota, cada mal trago, cada felicidad, cada secreto. Bueno quizás no todos, no le habla de él, eso seria demasiado, ¿Y si piensa que esta loca?, Persiguiendo un fantasma, un rostro sin nombre.
Tantas historias, ella estuvo aquí antes, sola y con otras películas, pulió su español aprendido de una nana peruana cuando niña, muy útil para la producción, conoce la ciudad, las costumbres… como divertirse.
Muy útil para Faith.
No sabe cuanto.
De repente se ve con panoramas turísticos para el resto del mes, la monotonía del equipo pasa a mejor vida. ¿Quizás el hacer esta película no sea tan aburrido como creía?
Faith ni siquiera sospecha cuan poco se aburrirá.
Locación de filmación de “Jungle destiny”.
Convento de San Francisco, Lima, Perú.
La rutina del cine amenaza con atenazarla entre sus garras una vez mas, Faith es muy simpática, es cierto, pero, entre el ajetreo de las filmaciones, entrevistas y demases, nunca tiene tiempo de trabar verdadera amistad con nadie en el set que no sea alguno de sus coprotagonistas. Y esta vez hay mala suerte, André, el novicio “Jovencito de la película” resulta no ser muy brillante, a decir verdad, a parte de hablar de si mismo en su ingles afrancesado, sus temas de conversación son bastante limitados, y en cuanto a los demás, parecen intimidados por su condición de ídolo, al menos los que hablan inglés, de los otros mejor ni hablar, aunque quisieran no podrían conversar con ella.
Quizás debió tomar español en vez de francés en la “prepa”.
Otra cosa peor es con algunas otras figuras, ya durante el vuelo podía sentir los ojos nerviosos de la asistente del productor pendientes venenosamente en ella, Nadine Stevens parece ser el nombre de la chica, una pequeña y flacuchenta arpía que pronto comienza a sacar las garras ante la menor oportunidad de incomodar, hay una especie de envidia patente en su actuar y una necesidad de demostrar una posición ejecutiva que solo agrava el hastío de Faith.
Sin embargo, siempre hay un rayo de sol en la tormenta.
Aprovecha un descanso para disfrutar de un momento de dubitativa tranquilidad en un hermoso jardín tal vez cuidado por algún solitario monje bastante poco dispuesto a mostrarse con tanto gringo ajetreado. Sin aviso la chica pelirroja, la estilista, se le acerca, como si no le importara su posición de protagonista, de estrella de Hollywood. Solo le pasa su guitarra y se sienta a su lado.
- Toca algo para mí -.
No dice nada mas, solo se sienta a escucharla cantar sus canciones, esas cursis que tanto le gustan. Se hacen amigas de inmediato. Dice ser de Maine, de pueblo pequeño, con lago, bosque, hasta osos. Madre amorosa, varios hermanos, tanto en común.
Aunque ella solo tenga un hermano, y aun a los veinte y tantos bastante molesto.
Igual lo echa de menos.
- Michelle es mi nombre -.
Solo basta una tarde para saber todos sus secretos, como si se conocieran toda la vida, le cuenta sobre los galanes, ella de cómo crecer normal, de la escuela, de los sets, del campo, de los fans.
Cada anécdota, cada mal trago, cada felicidad, cada secreto. Bueno quizás no todos, no le habla de él, eso seria demasiado, ¿Y si piensa que esta loca?, Persiguiendo un fantasma, un rostro sin nombre.
Tantas historias, ella estuvo aquí antes, sola y con otras películas, pulió su español aprendido de una nana peruana cuando niña, muy útil para la producción, conoce la ciudad, las costumbres… como divertirse.
Muy útil para Faith.
No sabe cuanto.
De repente se ve con panoramas turísticos para el resto del mes, la monotonía del equipo pasa a mejor vida. ¿Quizás el hacer esta película no sea tan aburrido como creía?
Faith ni siquiera sospecha cuan poco se aburrirá.
Capitulo 15.
Arnold.
Lima, Perú.
El vuelo no fue ninguna maravilla, aerolínea de bajo costo, muchas horas, asiento incomodo, y peor, el tipo gordo del 17b bastante sospechoso, tal vez un agente encubierto, lo deben estar siguiendo, no hay duda.
Las fuerzas del mal que tratan de converger en torno a él.
“¡Ah!, Pero, no podrán evitarlo, esta decidido, nada puede detenerlo”.
“El futuro esta en mis manos”.
Arnold se encamina hacia los barrios bajos que no difieren demasiado de tantos otros que ha visto antes, arriba o no de un hummer, algo ha averiguado, lo suficiente para hacerse con las cosas que necesita.
Un buen rifle, un par de pistolas, quizás algún explosivo por si acaso.
El ser un teórico de la conspiración por Internet tiene sus ventajas, hasta a los guerrilleros les gusta chatear.
Como a Manolo Heinlein, un traficante de armas con amplios negocios con los grupos paramilitares de derecha… y de izquierda, aunque eso no se lo confiese a Arnold.
Incluso un nazi tiene que comer. Especialmente en un país sin muchos arios.
También tiene ciertos contactos, le avisara de los movimientos de ella.
Servicio completo, además de las armas.
Un Harris and Richardson 360 en aceptable estado, con silenciador y todo. Dos 9mm, una Glock y una Beretta. Todo a buen precio, los dos contentos.
Una carga de C4, con su detonador de tiempo, completa el paquete.
Gracias, buenas noches y si te he visto no me acuerdo.
Un cuarto en un hotel de tercera, no se hacen preguntas, perfecto si no fuera por los grupos de adolescentes de vacaciones compartiendo cuartos y tomando cerveza barata al borde de la piscina agrietada, un coche arrendado, uno económico para no levantar sospechas, otro Toyota mas de los cientos que transitan por las calles de la ciudad, no vaya a ser que los malditos lo rastreen. No puede cometer errores.
Esta vez nada podrá detenerlo.
Esta es la hora de la verdad.
Lima, Perú.
El vuelo no fue ninguna maravilla, aerolínea de bajo costo, muchas horas, asiento incomodo, y peor, el tipo gordo del 17b bastante sospechoso, tal vez un agente encubierto, lo deben estar siguiendo, no hay duda.
Las fuerzas del mal que tratan de converger en torno a él.
“¡Ah!, Pero, no podrán evitarlo, esta decidido, nada puede detenerlo”.
“El futuro esta en mis manos”.
Arnold se encamina hacia los barrios bajos que no difieren demasiado de tantos otros que ha visto antes, arriba o no de un hummer, algo ha averiguado, lo suficiente para hacerse con las cosas que necesita.
Un buen rifle, un par de pistolas, quizás algún explosivo por si acaso.
El ser un teórico de la conspiración por Internet tiene sus ventajas, hasta a los guerrilleros les gusta chatear.
Como a Manolo Heinlein, un traficante de armas con amplios negocios con los grupos paramilitares de derecha… y de izquierda, aunque eso no se lo confiese a Arnold.
Incluso un nazi tiene que comer. Especialmente en un país sin muchos arios.
También tiene ciertos contactos, le avisara de los movimientos de ella.
Servicio completo, además de las armas.
Un Harris and Richardson 360 en aceptable estado, con silenciador y todo. Dos 9mm, una Glock y una Beretta. Todo a buen precio, los dos contentos.
Una carga de C4, con su detonador de tiempo, completa el paquete.
Gracias, buenas noches y si te he visto no me acuerdo.
Un cuarto en un hotel de tercera, no se hacen preguntas, perfecto si no fuera por los grupos de adolescentes de vacaciones compartiendo cuartos y tomando cerveza barata al borde de la piscina agrietada, un coche arrendado, uno económico para no levantar sospechas, otro Toyota mas de los cientos que transitan por las calles de la ciudad, no vaya a ser que los malditos lo rastreen. No puede cometer errores.
Esta vez nada podrá detenerlo.
Esta es la hora de la verdad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)